Hay un refrán en Asturias que dice “Marzo ñerarzo, abril hueveril y mayo pajarayo” que, traducido, significa “en marzo los nidos, en abril los huevos y en mayo los pollos”.
¿Siempre es así?
Pues es totalmente incierto, ¡aquí los pájaros no paran de tener nidadas! Es cierto que este invierno ha sido muy suave, casi de juguete, y eso ha facilitado que los pájaros empezasen antes con el celo y los nidos y los pollos. Pero es que estamos en junio y ya hemos visto la segunda nidada de los ánades o azulones que, por cierto, pasan las suyas para tener a su prole reunida.
Algunos crían en el rio Güeña a la altura de Cangas de Onís, aprovechando que este tramo del río esta encauzado. Pero les encanta investigar por los alrededores, lo cual incluye la carretera paralela al río, y eso supone cruzarla como se pueda… Hace unas semanas tuvimos que parar el tráfico para tratar de reunir a toda la familia. Teníamos miedo de que les atropellase algún coche y los convirtiese en pato laminado. Preciosa escena corriendo detrás de seis patitos, espero que nadie lo grabase en video. No sé de donde viene llamar “pato” a alguien torpe… ¡qué manera de correr!. Cuando por fin pudimos reunir a la familia y lo comentábamos orgullosos con una abuela que nos estaba controlando, consiguió hundirnos en la miseria: “pues esta mañana iba con al menos 10 o 12 patitos, no sé dónde se habrán metido”, decía. Lo único que pensábamos mientras nos reponíamos de las 300 pulsaciones del corazón era que no apareciesen y hubiesen llegado al rio antes. El caso es que no los vimos más, cosa que nos vino muy bien para las piernas…
Además de los ánades, también hemos localizalado un nido de mirlo acuático, del que dicen que es un bioindicador y que sólo habita en los ríos con un nivel muy alto de calidad en sus aguas. Sin duda estos ríos lo son porque aquí se ven con bastante frecuencia. Una pareja ha sacado la segunda nidada de bioindicadores y ya están buscando dónde instalarse.
Y las campeonas son…
Pero el caso más llamativo es el de las golondrinas. Junto a nuestra casa hay una cuadra, con sus vacas y todo. El dueño de las mismas decía que es habitual que en buenos años saquen hasta tres nidadas y esto es lo que ha pasado este año: ya hemos visto a algunas golondrinas incubar la tercera nidada. Aprovechan el calor de la cuadra, así como el alimento que les proporcionan sus vecinas las vacas, una dieta insectívora al lado de casa. Con tantos incentivos no saben decir que no.
Al principio de la primavera se veían unas cuantas golondrinas, pero ahora están por todas partes. Pasan volando a toda velocidad, algunas aprendiendo a esquivar los obstáculos y a cazar al vuelo; a este ritmo nos van a dejar la zona limpia de todo mosquito… ¡buenas vecinas!